12:30 hrs. 8 de Febrero de 2009
Boletín UNAM-DGCS-079
Ciudad Universitaria
Benjamín Ruiz Loyola
Pie de foto al final del boletín
ELABORAN EN LA UNAM MAPA DE RIESGOS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS DE MÉXICO
· Su principal objetivo es la prevención de incidentes con sustancias peligrosas
· Integrantes de la Facultad de Química hallaron que la mayor parte de los percances se registró durante la etapa de transporte
· También buscan sentar las bases para una mejor integración en los servicios de salud
Integrantes de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Nacional elaboran un mapa de riesgos químicos y biológicos del territorio nacional con el fin de prevenir incidentes con sustancias, determinar las patologías específicas de cada zona y mejorar los servicios locales de salud.
El proyecto, encabezado por Benjamín Ruiz Loyola, académico de la FQ, apuesta a la cultura de la prevención y busca dar a conocer qué acciones se deben asumir antes de que se produzca un desastre o cómo evitar que éste se salga de control.
Al elaborar el mapa —completo en aproximadamente 40 por ciento— los universitarios hallaron que, en materia de riesgos químicos, la mayoría de los percances se presenta durante el transporte de sustancias, pues el número en esta etapa supera a los registrados durante la propia actividad industrial.
Por ello, se ha concluido, por ejemplo, que la red carretera debe mejorar, hacerse más ágil y brindar mayor seguridad, así como prestar más atención a los vehículos que transportan ese tipo de productos y capacitar a los operadores de las unidades, quienes deben estar al tanto de la carga que llevan (sea etanol, cianuro, etc.) y saber cómo actuar en caso de accidente.
Anualmente es prácticamente imposible cuantificar el número de accidentes que se registran en territorio mexicano porque muchos ocurren en lugares apartados (sierras o cañadas), donde sólo se indica que la carga se perdió, sin dar aviso a las autoridades ambientales y con consecuencias negativas para el medio, señaló el especialista.
El número de accidentes de este tipo es alarmante pues, sin considerar las miles de empresas que manejan sustancias peligrosas en México, el informe anual de Pemex reporta más de 700 percances en 12 meses, es decir, casi dos diarios, que van desde tuberías o ductos rotos hasta volcaduras de pipas.
En lo que respecta a las enfermedades, Ruiz Loyola y su equipo determinaron que, mientras hay lugares donde los padecimientos han sido constantes en los últimos cuatro o cinco años, hay otros donde se observan grandes cambios.
Así ocurre, por ejemplo, en estados de la frontera norte como Baja California, donde las diversas patologías que surgen casi de un día para otro se explican por la movilidad de los inmigrantes; sin embargo, el fenómeno también se observa en municipios del centro de Veracruz.
Ambos aspectos deben ser tomados en cuenta por las autoridades correspondientes para prevenir accidentes con productos químicos nocivos y la propagación de enfermedades, frecuentemente reportados por los medios de comunicación.
Mapa “salvavidas”
Para elaborar el mapa, se consideraron tres posibles fuentes de emisión de sustancias peligrosas: los productores, los consumidores y el transporte.
Ruiz Loyola explicó que, primero, es necesario saber quiénes son los productores, qué es lo que generan y cuál es su potencial de contaminación, pues no sólo los desechos presentan toxicidad, sino también los insumos o materias primas de la manufactura.
Luego hay que determinar quiénes son los consumidores, y no sólo a nivel doméstico sino industrial, pues no es lo mismo considerar la cantidad de insecticida que usa una persona para erradicar una plaga que la empleada por un agricultor que debe fumigar 200 hectáreas, por ejemplo.
Benjamín Ruiz Loyola asegura que una vez concluido el mapa, servirá como apoyo para el diseño de caminos y carreteras más seguras, así como para una mejor planeación de las campañas de salud en México.
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